En esta oportunidad tengo algo distinto que compartirles, una historia muy especial, sobre una persona muy especial. Me prometí hace tiempo, que escribiría sobre él, sobre Lionel. Un corazón como el suyo debe ser recordado siempre.
Lionel era peruano y lo contacté hace muchos años para solicitar sus servicios de trabajo. En ese entonces, yo estaba en Costa Rica y por supuesto no nos conocíamos. Cuando concluimos con ese trabajo, él quiso conocer más sobre lo que yo hacía. Le comenté el estilo de canto al que me dedicaba y se extrañó tantísimo que yo no tuviera una página web. Lionel también se dedicaba al E-Commerce o Comercio Digital y se ofreció a ayudarme de manera incondicional a crear mi propio sitio web en una plataforma online.
Lionel me ayudó a entender sobre el propósito y la importancia de una página web. Fue con él que empecé a construir este espacio artístico, que siento es como una extensión de mi corazón, por todo el amor que tiene impregnado. Más allá de esto, era una persona que sin tan siquiera conocerme personalmente creía en mí, incluso a veces más que yo misma. Él también me motivo a escribir y fue gracias a él que nació: “Mi voz escrita”.
Esta aventura inició en el año 2017; tiempo después llegó un cambio crucial en mi voz y después de eso: el COVID. Él me pedía que me cuidará y cuando por muchos meses no supe nada de él, le escribí. Tenía un presentimiento, un temor. Mi corazón se desgarró cuando su hija me respondió desde su número, contándome que él ya no estaba con nosotros. Lionel falleció hace un poco más de dos años, una de esas pérdidas enormes provocadas por la pandemia, pero fue la única gran pérdida por esta causa que me dejó a mí. Lloré tanto su partida, me dolió como no podría imaginar y su ausencia aún me roba lágrimas.
El pasado mes de setiembre que volví al escenario después de tres años de no cantar con público, le recordé muchísimo. Este año que definí una linea visual propia y este mes que culminé con la reestructuración de mi página web, él me ha acompañado. Sus palabras y su apoyo siguen presentes en los momentos difíciles, pero sobre todo, en los momentos de mayor alegría, donde sé que él quería que lo recuerde. Cuando me pregunto porqué perdemos a personas realmente valiosas, recuerdo que en el fondo nunca las perdemos. Si tan solo tuvimos la dicha de tenerlas, no importa si fue por un corto tiempo, más bien las hemos ganado.
No conocí a Lionel en persona, pero sí tuve la fortuna de conocer al ser humano especial que él era. Lionel tenía un corazón incondicional, dadivoso y estoy segura que él no fue especial solo conmigo, pues esa era su esencia. No es fácil encontrar a alguien que te motive y crea en ti tanto, personas así se cuentan con los dedos de una mano.
Espero algún día poder marcar la vida de una sola persona en esta tierra, como él lo hizo conmigo. Ojalá todos tengamos la dicha de tener personas así en nuestras vidas, pero aun mejor, ojalá podamos ser personas así en la vida de los demás.
Lionel: “Añoraba el día en que pudiese conocerte en persona, me anima y consuela la esperanza de que ese día llegará, allá en el cielo. Marcaste mi vida para siempre, gracias por tu ejemplo”.