Aceptación
No sé si te ha sucedido que vas caminando tu propio sendero, pero tienes la mirada puesta en algún camino paralelo, a mí me sucedió por algún tiempo. Quería imitar la vida de los demás, pensando que existía una fórmula para alcanzar el éxito que ellos mostraban. Al menos, eso era lo que me habían inculcado: para alcanzar unas cosas debía hacer otras de cierta manera, cumplir con ciertos patrones o cubrir ciertos moldes.
Cuántos no hemos oído en algún momento cosas como: “Si no has estudiado en un conservatorio en Europa o Estados Unidos, no llegarás a ser una buena artista», «si a los veintes no tienes una base técnica solida no serás una buena cantante”, “si no cantas acá o allá nunca serás nadie relevante”. ¡Todo eso y más, es lo que te dice el mundo!
Por algún tiempo me dejé llevar por esas voces, a la vez que luchaba por no ahogarme en medio de ellas. Trataba de “seguir la huella” a los que ya habían conseguido las cosas haciendo esto o aquello, hasta que llegó el momento inevitable, en que tuve que reencontrarme. Me sentía perdida, en un mundo que no conocía y en el que no encajaba.
Las circunstancias y experiencias en la vida de cada quien son únicas y eso hace que nuestra forma de caminar sea distinta a la de los demás. Yo – como sé muchos otros también – no poseo una biografía típica de cantante lírica: no vengo de una familia de músicos, y, de niña o adolescente, ni siquiera estudié canto o música. Yo comencé a estudiar música a los 18 años, entonces, ¿por qué voy a tratar de entrar en el mismo molde de una persona que por ejemplo, proviene de generaciones y generaciones de músicos, que desde niño escucha ópera o va a los teatros, o que nació en un país impregnado por una cultura musical inmensa?
Empecé a notar que de tanto observar el sendero ajeno y de tanto querer entrar en aquellos moldes, no disfrutaba mi propia singularidad. Estaba perdiendo el disfrute de lo que yo misma era y de lo que hacía. Entonces me pregunté: ¿Cómo es posible que avance sobre mi propio camino, cuando estoy viendo hacia el camino del otro?
No voy a negar que por un tiempo añoré tener las oportunidades y facilidades que tenían otros, pero un día, me di cuenta de lo valiosa que era mi propia experiencia y de lo maravilloso de todo lo que he alcanzado y vivido. Aún en medio de circunstancias adversas, he alcanzado metas que ni siquiera soñaba o imaginaba.
La pasión por el canto y mis dotes artísticos han ido aflorando con el paso del tiempo, es como si poco a poco descubriese el absoluto regalo que traía en mi interior. Puedo decir, con certeza, que algo único se me ha obsequiado, algo que solo ha sido puesto en mí y estoy segura, que en vos también es así. Después de probar otros caminos, volví al mío, decidí dejar de ver hacia afuera y observar, cuidar y trabajar en lo que tengo en mi interior, en lo que se me ha obsequiado, que va incluso más allá de mi voz.
Te animo a que vos, que también luchás y trabajás por tus sueños, que te esforzás al máximo por lo que haces, defendás, amés y valorés tu propia singularidad, como también cada una de tus oportunidades. Sigue construyendo, trabajando con fuerza y firmeza, pero sobretodo, disfruta tu propio camino, ama tus circunstancias, atesora tu experiencia, pues cada una de ellas es especialmente importante para definir quién eres y cómo alcanzas el éxito.